Si has pensado en tener un trabajador sin dar de alta, piensa primero los problemas que puede ocasionar este hecho. Para saber que consecuencias puede ocosionar  a tu empresa lee atentamente esta publicación.

En algun momento las empresas emplean trabajadores sin contrato para ahorrar costes de Seguridad Social, sobre todo para cubrir horas extra o necesidades puntuales de mano de obra por acumulación de trabajo. Tener un empleado sin dar de alta es algo sumamente arriesgado.

El problema principal es que se pase por el negocio un inspector de trabajo estando presente el trabajador sin contrato, tambien pude frecuentar el local sin darse a conocer para tomar nota de cuál es el personal que presta servicios. Si el propio trabajador o cualquier otra persona conocedora de la situación puede poner el hecho en conocimiento de la Inspección de Trabajo.

¿Qué ocurriría, entonces? Pues en primer lugar el trabajador sin dar de alta se convierte automáticamente en indefinido y a jornada completa, aunque el servicio que viniera prestando fuese por tiempo inferior. A no ser que la empresa puede probar que su jornada era parcial o que acredite sus servicios como temporales.

La Seguridad Social realizará el alta de oficio y reclamará a la empresa las cuotas impagadas con los recargos que procedan. Para determinar la fecha de inicio de la prestación de servicios, se entenderá como válida la que el trabajador indique, a no ser que la empresa demuestre lo contrario.

Si un trabajador que no está de alta sufre una incapacidad temporal y, a consecuencia de ello, la Seguridad Social tiene conocimiento de su situación irregular, la prestación derivada de esta situación será abonada por el empresario, aunque en un primer momento la administración se haga cargo del pago y luego lo reclame a la empresa (art. 126 de la Ley General de la Seguridad Social).

Tener un trabajador sin estar de alta en la empresa  constituye una infracción grave por parte de la misma, sancionable con multas que van desde los 3.126 a 10.000 euros. A su vez, lleva a la pérdida de ayudas y bonificaciones desde la fecha en que se cometió la infracción hasta transcurridos dos años.

Por lo tanto, lo más aconsejable es regularizar la situación desde un principio y buscar contratos bonificados que puedan abaratar los costes Sociales, en lugar de recurrir a una infracción que puede causar serios problemas a la empresa durante mucho tiempo.